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LOS ELEGIDOS


En un terreno baldío, una noche despejada, de luna llena y estrellas destellantes como ninguna otra, estaban Zenia y Ly, dos amigos de la infancia; ella estudiante de meteorología y él, un reconocido gastrónomo; a pesar de lo ególatra y narcisista que era Zenia, Ly la quería; a él le apasionaba la astrología y teología.
La genealogía de Ly era reservada a todo lo referente sobre ovnis y extraterrestres, siempre este tema había permanecido oculto, y como sus padres tenían un carácter rígido, él no se atrevía a preguntar; pasaba todo lo contrario con la familia de Zenia; el tiempo y las circunstancias se encargarían de resolver ésta incógnita que atormentaba a Ly.
Mientras los amigos se hallaban contemplando las estrellas, sucedió algo insólito; calló una enorme roca del espacio y hubo un gran ruido que los ensordeció, ya que la roca cayó a pocos kilómetros de ellos, los jóvenes, por lógica, pensaron que ocurriría una catástrofe como ninguna otra; Ly se puso neurótico, puesto que con antelación pensó que era el fin del mundo, pero como Zenia no tenía una filosofía apriorística, optó por tratar de calmar a su compañero, e ir a investigar lo que pasaba; no sin antes tomar sus precauciones. Al llegar al lugar de los hechos, observaron atónitos que se trataba de una nave espacial, pero no era una nave común y corriente, al contario, tenía un diseño especial, tipo gótico y mitológico a la vez; era de color negro con incrustaciones de imágenes plateadas; el material con el que estaba hecho era dúctil,  poseía enormes dimensiones; en la parte posterior de la nave sobresalía una antena en forma de esquí. Sus pensamientos hipotéticos sufrieron una fluctuación inmediata, se quedaron boquiabiertos, momentos después se abrió la puerta principal de la nave, al ver esto Ly casi cae desmayado por la hipertensión que sufrió en ese instante, poco después se recuperó de la impresión y para alegría de Zenia se incorporó y ocupó su lugar para continuar observando aquel espectáculo; acto seguido una potente luz los encegueció por unos instantes, hasta que por fin pudieron ver a aquellos desconocidos personajes que no tenían su misma anatomía y fisiología; pero notaron que poseían un alto nivel intelectual; también tenían el don de curar con la sola imposición de manos, de hecho , curaron a Zenia de una úlcera endémica que la estaba agobiando desde algunos meses atrás; habían desarrollado la capacidad de utilizar el sexto sentido; tenía nociones superiores a las nuestras; se comunicaron con Zenia y Ly para saludarlos y presentarse, lo hicieron con gran énfasis, de una manera espontánea y con un tono amigable.
Los extraños visitantes eran dos mujeres: Y- 12 y G- 19 y dos hombres F- 11 y X- 20; poseían rasgos étnicos, expusieron las razones por las que se encontraban en la tierra, dijeron que sus superiores los habían mandado para protegerlos de una futura catástrofe, y la única manera de hacerlo era llevarlos a su planeta; Ly respondió con un tono irónico que estaban locos, que eran unos charlatanes y que él no iría con ellos; Zenia habló largo rato con Ly y finalmente lo convenció de aceptar la propuesta que les hacían aquellos extraños personajes.
Finalmente ambos subieron a la nave y partieron con rumbo desconocido.

viernes, 29 de octubre de 2010

LOS ELEGIDOS


En un terreno baldío, una noche despejada, de luna llena y estrellas destellantes como ninguna otra, estaban Zenia y Ly, dos amigos de la infancia; ella estudiante de meteorología y él, un reconocido gastrónomo; a pesar de lo ególatra y narcisista que era Zenia, Ly la quería; a él le apasionaba la astrología y teología.
La genealogía de Ly era reservada a todo lo referente sobre ovnis y extraterrestres, siempre este tema había permanecido oculto, y como sus padres tenían un carácter rígido, él no se atrevía a preguntar; pasaba todo lo contrario con la familia de Zenia; el tiempo y las circunstancias se encargarían de resolver ésta incógnita que atormentaba a Ly.
Mientras los amigos se hallaban contemplando las estrellas, sucedió algo insólito; calló una enorme roca del espacio y hubo un gran ruido que los ensordeció, ya que la roca cayó a pocos kilómetros de ellos, los jóvenes, por lógica, pensaron que ocurriría una catástrofe como ninguna otra; Ly se puso neurótico, puesto que con antelación pensó que era el fin del mundo, pero como Zenia no tenía una filosofía apriorística, optó por tratar de calmar a su compañero, e ir a investigar lo que pasaba; no sin antes tomar sus precauciones. Al llegar al lugar de los hechos, observaron atónitos que se trataba de una nave espacial, pero no era una nave común y corriente, al contario, tenía un diseño especial, tipo gótico y mitológico a la vez; era de color negro con incrustaciones de imágenes plateadas; el material con el que estaba hecho era dúctil,  poseía enormes dimensiones; en la parte posterior de la nave sobresalía una antena en forma de esquí. Sus pensamientos hipotéticos sufrieron una fluctuación inmediata, se quedaron boquiabiertos, momentos después se abrió la puerta principal de la nave, al ver esto Ly casi cae desmayado por la hipertensión que sufrió en ese instante, poco después se recuperó de la impresión y para alegría de Zenia se incorporó y ocupó su lugar para continuar observando aquel espectáculo; acto seguido una potente luz los encegueció por unos instantes, hasta que por fin pudieron ver a aquellos desconocidos personajes que no tenían su misma anatomía y fisiología; pero notaron que poseían un alto nivel intelectual; también tenían el don de curar con la sola imposición de manos, de hecho , curaron a Zenia de una úlcera endémica que la estaba agobiando desde algunos meses atrás; habían desarrollado la capacidad de utilizar el sexto sentido; tenía nociones superiores a las nuestras; se comunicaron con Zenia y Ly para saludarlos y presentarse, lo hicieron con gran énfasis, de una manera espontánea y con un tono amigable.
Los extraños visitantes eran dos mujeres: Y- 12 y G- 19 y dos hombres F- 11 y X- 20; poseían rasgos étnicos, expusieron las razones por las que se encontraban en la tierra, dijeron que sus superiores los habían mandado para protegerlos de una futura catástrofe, y la única manera de hacerlo era llevarlos a su planeta; Ly respondió con un tono irónico que estaban locos, que eran unos charlatanes y que él no iría con ellos; Zenia habló largo rato con Ly y finalmente lo convenció de aceptar la propuesta que les hacían aquellos extraños personajes.
Finalmente ambos subieron a la nave y partieron con rumbo desconocido.

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